En 1999 durante la Burbuja Punto Com, el superinvestor Seth Klarman publicó en Barron’s, uno de los semanarios
financieros más antiguos de Estados Unidos, un artículo que llegó como estaca
al corazón para el auge de la Nueva Economía. Mientras todo mundo estaba cegado
por las inversiones de los venture capital en las promesas tecnológicas que
tres años después iban a caer, Why Value Investors Are Different expone por qué
mantenerse pegado a una estrategia de inversión sencilla pero no fácil, es la
mejor manera para sobrevivir a tiempos turbulentos.
Al inicio Klarman cuenta brevemente cómo Buffett se hizo de The
Washington Post en uno de los mercados bajistas más duraderos, que mientras los
demás inversores vendían y vendían, el Oráculo de Omaha compraba
y compraba acciones cada vez más infravaloradas del gigante estadounidense de
los medios impresos.
"Buffett no pesaba la capitalización bursátil de la compañía o su
volumen de negociación diario en su decisión de compra. No se preocupaba si la
acción fuera parte de un split o pagara u omitiera dividendos. Con toda
seguridad no calculó la beta de la acción o utilizó el capital-asset pricing
model ni consideró si su compra llevaría a su portafolio a la frontera del mercado eficiente. Él simplemente valoró el negocio y compró un pedazo de él a
un descuento considerable.
¿Warren no estaba preocupado por el riesgo? Por supuesto que sí lo
estaba, pero no ese riesgo que es pertinente para los orientados al corto
plazo, los inversores más rígidamente restringidos que involuntariamente lo
hacían más rico cada vez que le vendían otra acción." Explica Seth en su
artículo.
Klarman continúa con una fuerte crítica a cómo los gestores de fondos de
esa época que no superaban al mercado, vendían todo lo que recientemente haya
decepcionado a los inversores, sin importar qué tan barato se haya vuelto. “Los
gestores de fondos en la desesperación de poner a trabajar el efectivo, no
compran lo que es barato y funciona, ya que por definición lo que es barato no
ha funcionado.” Este superinvestor hace hincapié en que los inversores -o
especuladores mejor dicho- de las acciones del Internet, además de que
compraban caro, no sabían qué hacer si el precio de las mismas subían o
bajaban. Mientras tanto, los inversores que compran basándose en el valor,
“saben cuándo comprar más cuando una acción que ya está infravalorada cae y
vende cuando el mercado ha reconocido su valor.”
Arrogancia necesaria
Es bien sabido que los inversores en valor son totalmente contrarian, y
esto significa que tampoco hacen caso -en ocasiones ni leen- lo que Wall Street
opina. ¿Por qué? Porque confían en su criterio en vez de escuchar las diferentes
opiniones de los demás “expertos”. "Esto
cae en la arrogancia, la arrogancia necesaria que se necesita para tomar
decisiones de inversión. Esta arrogancia debe matizarse con extrema precaución,
dando el debido respeto a la opinión de los demás, muchos de los cuales son muy
inteligentes y trabajadores. Las ventas de sus acciones a ti a precios
aparentemente de ganga, pudieran ser el resultado de ignorancia, emociones o
varias restricciones institucionales, o pudiera ser que la ganga aparente es de
hecho defectuosa, que en realidad está a un precio razonable o inclusive
sobrevalorada y que los vendedores sepan más que tú. Este un riesgo muy serio,
pero un riesgo que puede ser minimizado mediante un análisis fundamental
extensivo y segundo, conociendo que algo que no solamente está barato, sino que
también saber por qué lo está."
***
Al final del escrito Klarman hace una analogía de un personaje ficticio,
Buff T. Warren, un gestor de fondos que tiene el mismo estilo de inversión que
Buffett y que invierte en las mismas compañías que él. Les recomiendo que lean
el artículo completo y que pueden acceder a él aquí. ♦
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